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Políticos esperan que Dios acabe con violencia por armas

Los Ángeles, (ENTRAVISION).- Tras el tiroteo en San Bernardino que dejó ayer 14 muertos y 21 heridos, varios líderes políticos recurrieron a las redes sociales para ofrecer sus condolencias y oraciones a las familias de las víctimas, ante lo que el público reaccionó con indignación, exigiéndoles más acción y menos oraciones.

“Dios no va resolver esto”, lee la portada del Daily News este jueves, mientras muestra los tuits del líder republicano en el congreso, Paul Ryan, y los precandidatos presidenciales Ted Cruz, Lindsey Graham y Rand Paul en los que dicen tener a las familias de las víctimas en sus ‘pensamientos y oraciones’.

Además de este fuerte golpe mediático, Igor Volsky, editor de Think Progress usó el hashtag #thoughtsandprayers (pensamientos y oraciones), que usualmente tendría una connotación positiva, para exponer a todos esos políticos que se muestran conmovidos por este tipo de tragedias pero que luchan a capa y espada para defender el derecho a portar armas.

Cuando Ryan (quién también guardó un minuto de silencio en el congreso por las víctimas ) tuiteó “Por favor mantengan a las víctimas de #SanBernardino en sus oraciones”, Volsky pronto lo retuiteó agregando que Ryan había recibido dos mil dólares de la NRA en el 2014 para “mantener a las víctimas de San Bernardino en sus oraciones y nada más”.

Volsky respondió así a más de una decena de republicanos que ofrecían sus ‘pensamientos y oraciones’, además de que publicó también varios datos concretos sobre la presencia de la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés) en el panorama político del país.

“En el 2012 la NRA gastó 19.7 millones de dólares en contribuciones independientes para que los candidatos respondan a la violencia con armas de fuego solamente con oraciones”.

Los usuarios de Twitter no tardaron en unirse a los reclamos de Volsky contra los políticos y reclamar que los eligieron para actuar y no para rezar.

Con cerca de 300 tiroteos este año en el país, muchos de los líderes de la nación insisten en que un control de armas más estricto no es una prioridad política.